miércoles, 14 de mayo de 2008

La Posmodernidad del Empleo

"El Secuestro Empresarial"

I.
“Se los digo desde ahorita, en las cuatro horas de trabajo ¡sí los voy a explotar!”. Nos advirtió Leopoldo García alzando su voz aún articulada después de dos horas de oratoria. “Les voy a exigir el 130 por ciento a los que trabajen aquí, porque en esta empresa prometemos desarrollo, crecimiento y experiencia, y necesitamos compromiso y responsabilidad de la gente”, enfatizó.

En el estrecho y caluroso cuarto del onceavo piso del edificio 122 de Reforma esquina con Milán, permanecemos más de 40 personas sentadas en sillas alineadas viendo hacia el frente, donde Leopoldo, quien asume el rol de Asesor Financiero del Despacho 1101 de DINE (Desarrollo Integral de Negocios Empresariales), camina de un lado a otro, toma ligeros sorbos de café y entreteje una pluma con sus dedos de la mano izquierda, mientras nos explica con persuasiva retórica la dinámica para obtener el empleo.

“Necesitan aprobar tres pasos” comenta, “el emocional, el mental y el laboral. Son procesos grupales, ninguno es individual porque creemos en la sinergia y en el trabajo en equipo. De la evaluación emocional me encargo yo. No se han dado cuenta pero los estoy observando a cada uno para analizar su perfil y evaluarlos de acuerdo a su comportamiento para ver si son candidatos al puesto”, comenta con tono arrogante el joven orador de estatura baja.

Leopoldo viste traje azul, corbata de rayas color celeste y luce una herida horizontal hundida en su mentón que le recorre de extremo a extremo la parte inferior de su sonrisa.

“En esta empresa utilizamos el método de la Cámara de Gesell. Sirve para observar el comportamiento humano que regularmente es vigilado en una habitación acondicionada con dos espacios separados por un vidrio. El que está dentro no puede ver que es observado. Ustedes están dentro” comentó .

Leopoldo observa y analiza nuestro comportamiento, entretanto lo que se puede observar desde la segunda fila del recinto, es sólo un pintarrón en blanco, una pequeña mesa solitaria y las paredes color arena que aíslan la estancia e iluminan nuestros rostros atosigados por las horas de encierro.

Habemos más mujeres que hombres, la mayoría jóvenes y todos vestidos con atuendos atildados. Traje sastre, peinados precisos y rostros lívidos. Las mujeres de tacón y maquillaje discreto, y los hombres con zapatos abrillantados y relucientes corbatas. Todos permanecemos atentos a los comentarios y movimientos de Leopoldo.

Con voz acelerada y elocuente, el orador enfatiza en que este empleo se basa en una filosofía japonesa que consiste en trabajar sólo cuatro horas diarias de lunes a viernes, “en cuatro horas serán más productivos que si trabajan más” afirma.

Leopoldo habla sin interrupciones. Es ágil y azuza con palabras. Mantiene un soliloquio constante y no da pie a la reflexión. Los aspirantes lo escuchan y lo ven con adulación, parpadean sólo lo necesario y le sonríen cuando se jacta de lanzar una broma. Cuando él pregunta, los otros responden pretendiendo agradarle y sobretodo ganarle la respuesta al compañero de a lado quien pudiera ser su competencia laboral.

En el esbozo de su discurso nos preguntó si conocíamos el giro de la empresa. La mayoría contestó que no. “Nosotros damos servicios de capacitación y asesoría a nivel empresarial” afirma. “El 20 de enero de 2003 iniciamos nuestras actividades y a nuestros cinco años hemos capacitado a empresas como Sabritas, Televisa y Cemex”.

“Mucha gente nos ha llegado a inculpar de que somos una empresa fantasma, pero yo les pregunto ¿ustedes creen que si fuéramos una operaríamos sobre Reforma y a lado de Sedesol? ¡Mejor nos iríamos al cerro no creen!” aludió haciendo mofa de su comentario.

II.
Horas antes, mientras llenaba mi solicitud de empleo, la gente entraba y salía incesantemente. A los veinte minutos me llamó la mujer que con frecuencia salía de su cubículo para hacer pasar a los aspirantes de manera individual.

“Esta es una entrevista personal” me dijo y prosiguió con el bombardeo de preguntas ¿Cómo te enteraste de nosotros? por el periódico, respondí. ¿Qué decía el anuncio? ¿Qué nombre traía? ¿Estarías dispuesta a tener una capacitación de una semana para poder trabajar con nosotros?”

La mujer me cuestionaba con tono afable mientras echaba miradas furtivas a mi proceder. Vestía de negro, portaba extensas uñas de acrílico, y sus labios abultados de colágeno resaltaban sobre su fino rostro. Además su mirada siempre iba orientada hacia la mía, porque según Leopoldo "así veía mi honestidad".

La entrevista proseguía y sus palabras rimbombantes con su amable matiz, me aludían a Ana Rosa Pérez, la telefonista que me contestó el día que llamé para pedir informes del empleo. Ella me dijo: “para no tenerle dando vueltas, el día de la entrevista le resuelven si se queda o no”.

Su comentario resultó inminente. Al término de escuchar a Leopoldo, la mujer que horas antes me había recibido apacible, ahora me dice con prudencia en el pasillo, “un placer conocerla, pero hemos decidido que por su actitud, no podemos darle el empleo”, y sonrió mesuradamente mientras extendía su mano derecha para estrechar sutilmente la mía.

III.

Sección Aviso Oportuno. Periódico el Universal. Se solicita GERENTE $12,000, medio tiempo. Supervisando, coordinando. Licenciada BELLO 1084-3552.

A veces se llama Licenciada Bello, otras más Villalobos, algunas sólo señorita o señor. Todos ellos son personajes ficticios con nombres y puestos falsos que cambian constantemente de apelativo para pasar desapercibidos en sus anuncios y publicar con éxito cada día uno distinto.

Son más de 40 avisos diarios que dicen reclutar profesionistas, amas de casa, jubilados, o estudiantes, y les prometen sueldos atractivos que resultan ser sólo cifras inventadas. Todos los anuncios comparten el mismo número telefónico, pero con más de 15 extensiones que son contestadas por 11 telefonistas que laboran en el mismo piso 11, "el piso del fraude".

La empresa se llama DINE y asegura tener el registro “DINE030120FF8” ante hacienda, e invertir y cotizar en INBURSA. Pertenece a un grupo que regula esta mafia de empresas de tipo piramidal o multinivel. Su nombre es “Grupo Cinco”, Centro Integral Nacional Corporativo de Operaciones, que también opera en este mismo edificio.

DINE como muchos otros negocios del giro, utiliza el discurso como herramienta principal. Los procesos neurolinguísticos de sus capacitadores persuaden a las más de 300 personas de todas las edades que llegan diariamente en busca de una oportunidad laboral. Hacen uso de la psicología social para hacerle ver a los reclutados que en este trabajo satisfarán sus metas. Con su experiencia en capacitación y gracias a una súbita gimnasia cerebral, los empleados ocasionan que los aspirantes terminen asidos y con el ánimo de hacer cualquier cosa para ganar dinero y lograr sus ideales. Pero antes que esto ocurra, la catarsis y la necesidad de lograrlo ocasionan sólo la vejación de la gente.

Es cuestión de una semana para comprender esta manipulación. En estos días, la empresa pone preceptos que se tienen que cumplir, “es un periodo de pruebas”, afirman. Al iniciar el curso, el aspirante tiene que donar 30 pesos para comprar “material didáctico” y unas muestras de perfume de dudosa calidad. En el piso 5 de ese edificio se encuentra la bodega de estos perfumes. Evidentemente los aspirantes desconocen esta información.

Después, los interesados son forzados a vender 40 perfumes a un precio no menor de 400 pesos cada uno. Si no logran venderlos, los despiden bajo el discurso de “ineficiencia laboral”. Los que consiguen hacerlo son contratados y al término de su capacitación tienen que entregar el dinero de los perfumes, mismo que será utilizado como medio de financiamiento para comprar un espacio y colocar un nuevo anuncio en el “Aviso Oportuno” y con ello permitir que el secuestro empresarial continúe triunfando.

La empresa ha amenazado con demandar a quien se atreva a difundir esta información, pero las autoridades afirman que con frecuencia la gente los ha denunciado, pero nunca se ha llegado a un dictamen favorable para los que han sido víctimas de este engaño. Sin duda el porvenir de nuestro país seguirá en manos de grupos de estafadores profesionales cada vez más corruptos, y todo esto se seguirá propagando en uno de los medios de circulación nacional más importantes del país, como el periódico El Universal.

“Lo único que les puedo asegurar, es que en esta empresa TODO es transparente”, afirmó Leopoldo.